El sueño de aquella niña...¡!
Aún puedo cerrar los ojos y recordar aquella inocente niña que corría a las gradas del condominio a admirar los ocho pisos de aquel edificio. Siempre ha sido así, un sueño.
Corría cuando escuchaba que alguien cruzaría aquella calle, la cual era la división entre aquel enorme edificio y la pequeña niña, la cual soñaba con llegar algún día hasta allá.
Aún puedo recordar como simulaba y me divertía jugar en que yo era quien estaba al otro lado del escritorio.
Han pasado ya 10 años, desde que aquella inocente niña cerró los ojos, cruzó aquella calle y entró al sueño más grande de su vida.
Han pasado tantos días en que aquella niña sonríe sonrojada admirando los ocho pisos de aquel edificio… aún puedo sentir aquella emoción de entrar, como la de aquel lunes de julio ….!
Hoy el corazón de esa niña está sangrando, hoy los ojos de ella tienen lágrimas, porque recuerda como brillaban las luces en sus pupilas, las cuales hoy están apagadas y hacen que ocho pisos se estremezcan.
Quizás no sea la primera vez que se estremezca de esta forma, pero hoy, aquella niña ve en sus ojos como aquel edificio llora ante ella.
Hoy esa niña confía en que el primer amor, aquel imponente edificio, sea rescatado por el amor de su vida, que la justicia de unos cuantos pisos, unas cuantas y más horas, lo rescaté y que aquellas luces que a mitad de diciembre destellaban desde la azotea las cuales estremecían a más de ocho pisos, le regresen al sueño de su vida, la paz y la tranquilidad que siempre le han caracterizado.
Hoy debemos confiar que la justicia se encargue de regresarnos a quienes más admiramos, en que la amargura y esta travesía tan difícil, los conviertan aún más en los guerreros que necesitamos que se conviertan y regresen a demostrar su inocencia, porque ahí estarán las cinco razones por las cuales demostraremos porque llevamos el nombre de nuestro amado país.
Hoy quizás no sean los mejores días, pero sin importar cuánto quieran destruirte, cuánto lo intenten, ¡somos muchos los que te defendemos y los que confiamos en la justicia…!