¡Adiós a las fiestas!
No siempre es posible, o recomendable, decir lo que una realmente piensa. Es mejor a veces reservarse ciertas opiniones para quienes nos conocen bien y entienden.
Soy de esas personas que en este momento no me gustan para nada las celebraciones, fiestas o “pachangas”, menos tratándose de ir a lugares en los que medie el ruido, y gracias a Dios ya no hay humo de por medio, porque si no sería una catástrofe total.
¿Por qué? ¿Por qué no socializo con el mismo estilo o frecuencia que lo hacen los demás?
¿Por qué ya no me gusta ir a fiestas?
¿Y qué pasa si no voy a fiestas? ¿Y qué, si yo no voy?
Ya tuve mi época de salir hasta llegar tarde… he visto muchas cosas y me han pasado otras cuantas, nada que no hayan visto o vivido, supongo.
Les puedo decir que perfectamente puedo pasar el fin de semana tranquila en casa. Mi felicidad es muy simple, solo necesito estar bien conmigo misma, sino lo estoy, empiezo a repeler con la gente.
Leo, paseo, estudio, duermo, veo televisión y, si almuerzo, tomo café o ceno sola, también lo disfruto, mucho más de lo que lo haría en una fiesta rodeada de gente, a la media hora de “reunión”, créanme ya estoy totalmente exhausta y cansada.
Me gusta la gente, claro que sí! Y me encanta hablar y hablar…pero fiestas, mmm… no lo creo. Me cansa el ruido, el movimiento descontrolado a mí alrededor, seguirle la corriente a las personas, y, además, soy muy lenta… (o ellos, demasiado rápidos), mientras busco en mi cabeza un tema de conversación o algún dato que pueda resultar interesante, estoy casi que segura que mi tema es pasado de moda, o simplemente el tema ya se dio por finalizado.
Mis habilidades sociales, la verdad, se han ido quedando rezagadas, sin embargo, con los amigos o la gente que quiero, en general, es diferente, claro, no me pongan ese ambiente con ellos, porque colapso.
Digamos que me gusta… lo íntimo, charlar tranquilamente con alguien, o saben que es lo más terrible, sentarnos juntos simplemente a disfrutar del silencio, últimamente ese tipo de conversación me agrada, jajaja…!
Siento que no me pierdo de nada si no voy a fiestas, tampoco, si no completo la agenda del sábado y del domingo hasta la infinidad de actividades.
Tengo mi propio repertorio, que es más tranquilo, más silencioso, y de eso se trata ¿no?, de que cada uno haga lo que más le gusta mientras respete al prójimo.
Creen que sea un bicho raro? No, son etapas… mis etapas son la U, el cuatri, las materias, los libros… y en todo caso, somos millones de bichos introvertidos o consumidos en ese mundo. Raros, no, porque creo que hay gente que puede entender que hay personas que fuimos sumamente sociales, pero en algún momento, nos inhibimos de continuar por ese camino… y es que probablemente algunas personas prefieran salir de fiesta antes que encerrarse en la casa, pues consideran que es aburrido y un poco triste, pero no todos somos así.
Quedarse en casa puede ser más divertido y saben porqué:
No tengo “goma”… de ningún tipo… al día siguiente me despierto con mucha energía.
Porque puedo tener maratones de mis series favoritas!
Porque leo, leo y leo…!!!
Porque entre semana no tengo que preocuparme por aquel trabajo que no hice, ni la tarea que no llevé, ni el quiz sorpresa!
Porque puedo dormir…. Y créanme es mi punto favorito!!!
Ya dije ver tele?
Aplica comer helados??
Creo que esto sucede a medida que envejecemos, salir de noche se convierte en una verdadera lucha, sin importar lo sociable que consideraba que era…. Por el momento creo que ya no lo soy…!